Ha ejercido como intérprete en la acogida a las personas que viajaban a bordo de la flota del Aquarius. No es de extrañar, si se observa su trayectoria: filóloga con dominio de cinco idiomas que hace unos años formó parte del equipo de los Objetivos de Desarrollo del Milenio en la sede central de Naciones Unidas, en Nueva York, y posteriormente trabajó en diversos proyectos de desarrollo en el terreno en República Dominicana.
Nohemí Pérez, que se ha estrenado como miembro del Servicio de Idiomas del CEU este curso, comparte en esta entrevista extraordinarias reflexiones y vivencias.

Nohemí Pérez cuenta con una amplia trayectoria en cooperación

Has estado ejerciendo como traductora voluntaria en el desembarco del Aquarius. ¿Cómo y por qué?

Cuando me enteré de la postura del Ministro de Interior italiano, Matteo Salvini, con su infame tweet “chiudiamo i porti” (cerramos los puertos) y la subsiguiente decisión del Gobierno español de recibir a la flota Aquarius en el puerto de Valencia, empecé a investigar qué podía hacer.

Desde la Universidad de Valencia, donde estudié Filología inglesa, nos enviaron un documento sobre nuestra disposición para traducir, tanto en la llegada como en los días posteriores, e inmediatamente completé el formulario.

‘Nunca imaginé que la formación en lenguas nos serviría para poder ir a un puerto y decir “marjaban bikum” (bienvenidos)’

Nos pedían que listásemos idiomas que hablamos a nivel C1 mínimo, así que no incluí francés ni árabe, porque de estos dos no tengo ni acreditación ni nivel suficiente, pero los anoté como lenguas secundarias.

Durante la sesión de formación que se realizó el día anterior a la llegada de la flota, vi a muchos compañeros de la Facultad, pero lo más emocionante fue ver a antiguos profesores de árabe de la Escuela Oficial de Idiomas. Pensé en el valor real que tiene la formación en lenguas, y que mientras estudiábamos por las tardes en la EOI o en la facultad hace ya tantos años, nunca imaginamos que nos serviría para esto, para poder ir a un puerto y decir “marjaban bikum” (bienvenidos).

El poder de la comunicación…

Sí. Tuve ganas de acercarme a mi antiguo profesor (que seguro no se acordaba de mí porque, al fin y al cabo, son muchas las caras que pasan por tu aula con los años) y decirle que estaba allí gracias a lo que aprendí con él. Quería que se sintiera orgulloso de haber pasado sus habilidades a otras generaciones, de ese efecto multiplicador que tiene la educación en cualquiera de sus formas. Quise acercarme a decirle que mientras iba a sus clases siempre pensé en las puertas que me abriría saber árabe, pero nunca en las que yo sería capaz de abrir.

En la silla de la Unión Europea, mientras visitaba la Asamblea General

¿Nos cuentas tu vivencia con las personas que llegaron en la flota del Aquarius?

La experiencia de la llegada de 629 personas al puerto de Valencia, procedentes de más de una treintena de países, fue intensa… como poco.

Yo tenía experiencia en temas de movilidad en fronteras y en casos de inmigración ilegal no segura con menores, pero nunca había visto un despliegue de esta envergadura. El número de personas que llegaba era abrumador.

Abrumador no porque sea un número especialmente grande en cuanto a flujos migratorios ni en cuanto a la capacidad de acogida de una ciudad como Valencia (donde residen algo más de 94.000 extranjeros), pero sí desde el punto de vista de la precariedad y las condiciones de la travesía para los migrantes.

‘¿Quiénes eran las que se quedaron por el camino? desgraciadamente, la vida humana es un bien con un valor muy subjetivo y que depende totalmente de tu lugar de origen’

Cuando piensas que son 629 vidas, 629 historias, 629 personas hacinadas en barcos, pateras, cayucos y balsas, manejadas por las mafias del Mediterráneo, el número es desgarrador.

Cuando piensas que 629 es un número mermado por las pérdidas en el camino, en ese caso, quisieras que fuese más grande, aunque solo fuera por poder incluir a las personas que no llegaron. ¿Quiénes eran las que se quedaron por el camino? ¿De dónde venían? ¿Cómo se llamaban? Nunca lo sabremos. Son vidas humanas. Son valiosas vidas humanas. Pero bien es cierto que, desgraciadamente, la vida humana es un bien con un valor muy subjetivo y que depende totalmente de tu lugar de origen.

Para Nohemí la solidaridad es imprescindible para una convivencia ciudadana, integradora, respetuosa y global

Es inhumano, pero es una realidad. ¿Qué crees que les has aportado tú?

Nada. No creo en el concepto de aportar o ayudar. Creo en la idea de que las personas deben cooperar juntas, trabajar juntas y sobrevivir juntas. La historia del Aquarius, para mí, no es la historia de cómo un dispositivo de 2.000 personas ayudó a 600. Es más bien la historia de cómo 2.600 personas abogaron, incluso sin querer, por una vida digna y justa, para todos.

‘Todo el mundo hace algo cuando se encuentra con alguien en situación de peligro. El domingo 17 de junio muchas personas teníamos la capacidad y la posibilidad, y eso fue lo que hicimos’

Bajo mi punto de vista, cuando tienes una habilidad concreta y te encuentras en una situación donde esa habilidad es necesaria, no participar es una omisión de socorro. ¿Acaso no se baja una enfermera de su coche cuando el vehículo de delante acaba de estrellarse? ¿Qué madre no se tira a una piscina si se ha caído una niña que no sabe nadar, sea su hija o no? Obviamente, no todo el mundo deja, o debe dejar, su vida y su casa para poner su habilidad al servicio de la cooperación internacional. Pero absolutamente todo el mundo hace algo, si tiene la posibilidad, cuando se encuentra con alguien en situación de peligro. Esa es mi opinión. El domingo 17 de junio muchas personas teníamos la capacidad y la posibilidad, y eso fue lo que hicimos.

¿Qué es lo que más te llamó la atención de la situación de estas personas?

Prefiero centrarme en lo positivo, porque lo negativo me quita el sueño. Fue extraordinario poder conectar con personas que, de otro modo, jamás habrían pasado por tu vida. Hubo miles de momentos de risas, abrazos, pequeñas complicidades entre personal sanitario, organismos especializados, personal intérprete y migrantes.

La gran mayoría no nos conocíamos, pero durante unas horas estábamos todos trabajando en un mismo lugar y con un mismo objetivo.

‘Ha sido como cantar una canción junto a miles de personas. Esa sensación de que un grupo grande de gente a la que no has visto en tu vida, durante un segundo, está entonando la misma nota que tú’

Todos a una.

Sí. Recuerdo gente que me ataba la bata sanitaria mientras yo estaba pasando zapatilla a otra compañera que estaba hablando con un grupo de jóvenes que acababa de llegar, o cómo, cuando alguien pedía agua desde el otro lado de la tienda, de repente se formaba una cadena humana en la que las botellas de agua pasaban de mano en mano hasta llegar al destino final.

En varias ocasiones cantamos cumpleaños feliz, mientras reíamos y llorábamos, porque durante el primer momento de filiación alguien había contestado a la pregunta sobre la fecha de nacimiento con un “17 de junio”.

Los cumpleaños se convierten en una cosa trivial cuando vives en tu casa, tienes un trabajo y disfrutas de seguridad. Cuando estás cruzando el Mediterráneo en una barca, cumplir años se convierte en un reto. Y por eso lo celebramos con tanta intensidad.

Con sus compañeros del Servicio de Idiomas del CEU

No serás la misma después de esto. ¿Qué te llevas de esta colaboración?

Esperanza. Esperanza de que somos más las personas que trabajamos hacia una integración que las que hay tratando de romper y excluir. Somos más las que sabemos que la suerte de tu futuro es completamente arbitraria que las que opinan que deben proteger aquello que creen que tienen por derecho.

¿Qué derecho es ese? ¿El derecho de acceder a las oportunidades que nos da nuestro país de origen o, incluso, las facilidades de migrar de acuerdo a los acuerdos bilaterales y multilaterales que tenga nuestro país?

‘De esta colaboración me llevo la esperanza de que somos más las personas que trabajamos hacia una integración que las que hay tratando de romper y excluir’

El único indicador, de todos los que afectan nuestra vida y nuestro desarrollo (personal, académico, profesional o emocional), que impacta nuestro futuro sobremanera es nuestro lugar de origen. Es decir, dónde tu madre dio a luz.

Una lotería…

Sí, así de simple y así de complejo. La esperanza de vida de una persona nacida en España es de 82 años, la de una nacida en Sierra Leona es de 50. ¡30 años de diferencia! Y no es solo la cantidad de años. Esto afecta también a las oportunidades de desarrollo y a la calidad de vida. Mi madre parió en un hospital en Valencia, y este hecho me ha garantizado a mí una serie de oportunidades y derechos por los que nunca he tenido que pelear. Sin embargo, que mi madre se pusiera de parto en una ciudad u otra, en un país u otro, es el único hecho de mi vida sobre el que nunca he tenido control. Afortunadamente pasó así. Afortunadamente para mí.

‘Los menores se quedarán aquí, bajo el amparo del Estado. Pero cuando lleguen a la mayoría de edad van a salir de sus respectivos centros sin papeles, sin amparo y sin identidad’

¿Crees que saldrán adelante?

No estoy segura. Esta es la cruda realidad. La acogida es un primer paso, pero no garantiza nada o, más bien, muy poco. Las opciones ahora son, para las personas migrantes mayor de edad, ser deportadas o ser ilegales.

Las menores no lo tienen mucho mejor, porque los sistemas (incluido el nuestro) aún están muy verdes y atrasados para lidiar con esta situación. Los menores se quedarán aquí, bajo el amparo del Estado. Sin embargo la realidad es que cuando lleguen a la mayoría de edad van a salir de sus respectivos centros sin papeles, sin amparo y sin identidad.

¿Qué consideras que habría que hacer?

En las alturas del juego a las que estamos, los gobiernos de países como el nuestro o los organismos pertinentes de la Unión Europea tienen recursos más que suficientes y experiencia como para dar soluciones de corto, medio y largo plazo sostenibles e integradoras.

¿Por ejemplo?

Que las cuotas de recepción de migrantes se realicen de forma ecuánime y constante entre todos los países de la Unión, que los sistemas administrativos estén formados y sensibilizados en temas del estatus especial de migrantes de estas condiciones, para poder atenderles de forma adecuada y garantizar que los documentos expedidos por el Gobierno para personas en situaciones de refugio se conozcan por todo el personal estatal.

‘Los gobiernos de países como el nuestro o los organismos pertinentes de la Unión Europea tienen recursos más que suficientes y experiencia como para dar soluciones de corto, medio y largo plazo sostenibles e integradoras’

Deberíamos invertir más en campañas de integración a nivel local, para evitar que se produzca el ostracismo de la persona migrante en la comunidad de acogida. Deberíamos trabajar para eliminar las mafias del Mediterráneo, etiquetándolas como lo que son, terroristas sin Estado, bandas de crimen organizado que atentan contra la vida y la seguridad. Crear canales seguros para permitir la movilidad de personas entre países y dentro de ellos.

En fin… deberíamos tratar este tema como lo que es, un problema global y común.

No es la primera vez que trabajas en situaciones de emergencia humanitaria. ¿Verdad?

Como intérprete sí es la primera vez, pero como especialista en relaciones internacionales, he tratado otras veces con temas difíciles de pasos entre fronteras y otras situaciones en relación a violencia sexual a menores, explotación infantil, trata, y umbral de pobreza.

Cuéntanos tu trayectoria.

Tras el Grado y Posgrado en la Universidad de Valencia, cursé un Master en Relaciones Internacionales por la Universidad de la Ciudad de Nueva York e hice las prácticas en la sede central de Naciones Unidas, en el PNUD (Nueva York), como parte del equipo de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Trabajé en el monitoreo de la financiación de proyectos para el desarrollo y en la creación de Informes Nacionales en materia de ODM para países como El Salvador, Benín, Uganda o Timor-Leste.

Después trabajé como consultora allí también. Pasé varios años trabajando en proyectos de desarrollo en el terrero, en República Dominicana, centrándome en educación y reducción de pobreza.

‘Deberíamos trabajar para eliminar las mafias del Mediterráneo, etiquetándolas como lo que son, terroristas sin Estado’

Hablamos distintos idiomas unos países y otros. Pero ¿tan distintos somos?

No. Más bien lo contrario. Es increíble pensar que en lenguas tan separadas como el árabe y el inglés tenemos proverbios o frases idiomáticas que significan lo mismo y que son idénticas en forma, palabra por palabra.

Por ejemplo, y al hilo de lo que estamos debatiendo, la expresión “en el mismo barco”, utilizada para indicar que un grupo de personas se encuentra en una misma situación de dificultad, es exactamente igual en inglés “in the same boat”, y en árabe “fi nafs al-markab / فينفس المركب”. Hay miles de ejemplos como este y, tenemos más de lo que nos une que de lo que nos separa.

‘Deberíamos invertir más en campañas de integración a nivel local, para evitar que se produzca el ostracismo de la persona migrante en la comunidad de acogida’

¿Por qué hay que colaborar?

Porque no somos islas. Cada persona y cada sociedad están interconectadas unas con otras de algún modo: histórico, lingüístico, cultural, político, económico y, fundamentalmente, humano.

La solidaridad es imprescindible para una convivencia ciudadana, integradora, respetuosa y global.

¿Y a ti, en concreto, qué te mueve?

Un respeto absoluto por la vida.

Es un orgullo que formes parte de la comunidad CEU. Muchas gracias por tu testimonio, Nohemí.

A vosotros.

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